Mi madre, octogenaria ya, tenía la manía de perseguir a mi hermano por
el estrecho pasillo de casa con la zapatilla a mano alzada mientras
gritaba "T'enrecordaràs". Esas imágenes me recuerdan a los
Americanos cuando entraron en Iraq y tiraron la estatua de Sadam hussein, mientras el tanque arrastraba la estatua y los niños lo perseguían con
sus babuchas arreandole zapatazos.
"John, mira que bonito, todos los niños corren detrás nuestro"
miércoles, 18 de julio de 2012
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